3/29/2007

LA INDUSTRIA MARÍTIMA




La imagen de la gaviota cubierta con un líquido negro y viscoso aparecerá cada vez que suceda un desastre marítimo. Cuando lo sucedido se trate de un incidente petrolero es cierto que las imágenes servirán para animar las autoridades a invertir más recursos. No hay duda que desastres de este tipo necesitan no sólo una respuesta adecuada sino de iniciativas para que no se repitan. Sin embargo, lejos de la grabada televisiva de pocos minutos que nos muestra la marea oleosa acariciando las rocas del litoral, la realidad es algo muy diferente. Por supuesto, las fuentes de contaminación del mar en casi todo el mundo no pueden ser atribuidas solamente a la industria marítima. Un dato no muy difundido especialmente durante un accidente como aquel del Prestige es que los buques - de todos los tipos – contribuyen sólo 12% de la polución marina (fuente: Greenpeace). La mayoría de la contaminación proviene de otras fuentes: las industrias de la química y petróleo, el vertedero de residuos radioactivos, residuo de química agrícola que entra en el mar a través de los ríos y contaminación proveniente de la atmósfera. Además la polución petrolera atribuida a la industria marítima no está causada por desastres sino por otras razones como el vertido que ocurre cuando los barcos están repostando. Vivimos en un mundo que depende casi completamente del petróleo para producir energía, combustible y carburante y luego no se puede negar que este producto - en forma cruda o refinada – debe ser transportado. El medio marítimo es el más eficaz y seguro. El transporte del petróleo es sólo una parte – aun importante – del comercio global que viaja por los océanos. Si nos enfocamos sobre este aspecto vemos que más de 90% del comercio global – en productos fabricados o materia prima – está transportado en buques y en la mayoría sucede sin hacer noticias. Un accidente como del Prestige muestra, en común con otras industrias de transporte, que hay factores que no se puede controlar especialmente en los casos de mal tiempo severo o errores humanos. También bajo el aspecto de la seguridad, la industria marítima – comparada con el transporte aéreo o terrestre – no sólo es el medio más seguro sino con el menos daño al medio ambiente.En conclusión, aunque el acontecimiento del Prestige (y otros semejantes) fue un incidente desafortunado que se debe evitar, ¿no sería nuestro estilo de vida la causa fundamental? Si pensamos un rato sobre los objetos que hacen la vida moderna confortable podemos darnos cuenta que la raíz de mucho es la necesidad de utilizar el petróleo, con todo sus efectos negativos que causa. La consecuencia más grave – el calentamiento de la tierra – impone en cada persona la responsabilidad de hacer algo para salvar nuestro planeta.