12/02/2008

¿Una ciudad sin ninguna publicidad?

Una ciudad sin ninguna publicidad es el contrario extremo de una adonde la publicidad domina y asalta los sentidos especialmente aquellos del oído y la vista. En la naturaleza condiciones o situaciones extremas están fuera de lo normal y además no son comunes. Luego no es tan difícil imaginar que una ciudad de este tipo es extraña y anodina. ¿Quién puede vivir en un lugar donde las autoridades son tan rígidas que no dejan, por ejemplo, al pescadero ambulante gritar su llamada de pescado vivo? Imágenes de una ciudad donde existe un color único, tal vez el color gris, recuerdan tiempos anteriores del siglo XX cuando había dictaduras y todos los detalles de la vida eran controlados.

Además hay otra objeción que hay que mencionar. Sin publicidad la búsqueda de un sitio o tienda sería seguro más largo y aburrido. ¿Debemos preguntar cada tienda para averiguar el producto o servicio que necesitamos? Pasear por las calles con los escaparates vacios de publicidad ciertamente molesta a quien goza hacerlo. Y no decir nada de las dificultades que los comerciantes encontrarán para atraer clientes asus tiendas.

Por otro lado hay que admitir que hoy en día la publicidad invade casi todos los rincones de nuestra vida. Desde los folletos publicitarios que se tiran en el suelo hasta las ofertas comerciales que llegan en tu móvil la publicidad es omnipresente. La escena inicial de la película ¨Blade Runner¨ de Ridley Scott que muestra este tipo de publicidad sofocante y extrema no está tan lejos de llegar.

La publicidad ausente o al contrario excesiva, no es una consecuencia deseable. Seguro que nos extrañaremos si tenemos que entrar en una ciudad sin carteles, anuncios, etc. El mundo de la naturaleza evita extremos porque produce daño. Asimismo una vida mejor necesito elegir la ruta del medio.